Sólo conocemos el precio de coche en Alemania, pero si la equivalencia es la misma y en España también cuesta lo mismo que el SLK 250 de gasolina su precio será muy cercano a los 47.600 €.
Sorprende porque es la primera vez –y ya vamos por la tercera generación- que Mercedes apuesta por un motor diésel para su roadster; aunque no nos debería extrañar mucho ya que uno de sus principales rivales –Audi TT- ya ofrece un TDI, en concreto de 170 cv y por 44.470 €. También hubo un diésel en la gama del recientemente descatalogado Alfa Romeo Spider. En cuanto al resto, ni Porsche con el Boxster ni BMW con el Z4 disponen de mecánicas de gasóleo.
Quizá el motivo de implantar un diésel en una gama tan purista como la del roadster SLK sea lo orgullosísimos que están en Mercedes de su nuevo propulsor diésel cuatro cilindros de 2.143 cc y 204 cv.
El próximo SLK 250 CDI tendrá igualmente 204 cv de potencia y 500 Nm. Inicialmente se ofrecerá con caja automática de siete velocidades y el próximo año también con la manual de seis marchas. Las cifras son excelentes, pues este roadster diésel podrá acelerar de 0 a 100 km/h en 6,7 segundos y alcanzar los 243 km/h de velocidad máxima. Pero si llamativas son sus cifras de prestaciones, la combinación con sus datos de consumo y emisiones es espectacular, pues el nuevo SLK diésel sólo gasta 4,9 l/100 km y emite 128 g/km de CO2.En cuanto a técnica y equipamientos, este atractivo biplaza con techo duro retráctil, que mide 4,13 metros de longitud y tiene un maletero de 335 litros, puede llevar, al igual que sus hermanos de gasolina, tres tipos de suspensiones y el innovador techo panorámico Magic Sky Control. Exteriormente el SLK 250 CDI no se distingue del resto de versiones más que por su inscripción “CDI”, ya que presenta la misma imagen deportiva y la doble salida de escape.


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