En el Estadio Cornellà-El Prat, casa del Espanyol del Barcelona, México derrotó por la mínima a Chile, 1-0, en un entretenido encuentro que se terminó decidiendo gracias a un golazo de libre directo de José Andrés Guardado, que ingresó al promediar el encuentro.
Previo a este partido, el histórico entre ambos indicaba una mínima ventaja a favor del Tri, ya que habían jugado 23 partidos, con 11 victorias mexicanas, 10 triunfos chilenos y un solo empate. Así, los aztecaz lograron estirar la paternidad sobre los trasandinos.
La última vez -oficial- que se habían visto las caras ambos equipos había sido en Mendoza, en la Copa América de Argentina 2011. En esa oportunidad, México, con su Selección Sub-22, cayó por 1-2 ante Chile, que tuvo como goleadores a Esteban Paredes y Arturo Vidal, luego de que Néstor Araujo inaugurara el marcador para los aztecas.
Para el paritdo de hoy, se destacaban desde el inicio las no inclusiones de Alexis Sánchez y Jorge Valdivia en el equipo de Borghi, mientras que por el lado de México, el gran ausente -sentado entre los suplentes- era Javier Chicharito Hernández.
Durante el primer tiempo, la fórmula empleada por ambos equipo se repetía minuto tras minuto, pero a ninguno le daba resultado. Chile tocaba y tocaba. Hacía rotar el balón de un lado al otro. Pero la presión mexicana era efectiva y la carencia de ideas de los chilenos para terminar alguna jugada en los metros de la verdad, impedía que se rompiera el cero en el marcador. La última línea del Tri se mostraba muy concentrada y no le dejaba espacios libres a los trasandinos para que puedan concretar en el arco de Ochoa.
Por el contrario, con el balón en los pies, México practicaba un juego más directo. No bien tomaba el esférico, alguno de sus hombres de mitad de cancha u ofensiva, como el activo Gio Dos Santos, salía disparado hacia delante, con el arco de Claudio Bravo como destino. Pero a los mexicanos les fallaba la efectividad. Arrimaban algo de peligro con varios centros que cayeron en el área rival, pero no podían sacar provecho de eso.
Ya en el complemento, los entrenadores comenzaron a realizar variantes, pero el encuentro no perdía en emociones. Ya en cancha Alexis Sánchez -ingresó en el primer tiempo por el lesionado Diego Rubio- y Chicharito, se esperaba que las estrellas de sus respectivos equipos pudieran concretar el tan ansiado grito de gol que se había ausentado durante el primer tiempo.
Los cambios forzaron a los dos equipos a buscar con mayor intensidad la victoria y fueron por ella. Contaron con sendas posibilidades pero la más clara de la segunda mitad llegó a los 72', con una buena jugada individual de Eduardo Vargas que dejó parado a Rafa Márquez y sacó un potente remate de derecha que contuvo con firmeza Ochoa.
Promediando el complemento, el partido estaba mejor que nunca. No había goles, es cierto, pero el encuentro se había despertado con tantas variantes de ambos lados. Buen ritmo y mucha velocidad en ambos sectores de la cancha.
Hasta que a los 79', llegó la primera y única emoción de la tarde, que decidiría el marcador final. Andrés Guardado, uno de los tantos ingresados en el equipo mexicano, se hizo cargo de un tiro libre a favor de su equpo en el sector derecho del área rival y la clavó casi en el ángulo superior del arco de Pinto, que sólo atinó a mirar cómo se le metía la pelota por encima de su barrera -mal armada-. Go-la-zo de México para un partido que ya reclamaba hacía tiempo un grito.
Unos minutos después del grito del tanto de Guardado, Chile tuvo el empate en los pies de Beausejour, quien se encontró con un centro bajo, pero su remate se estrelló en el travesaño.